Actualmente cerca del 65% de los mandos en activo del sector pesquero rondan la edad jubilación, a los 55 años, por la dureza del trabajo marítimo. Pero no hay relevo, porque la mayoría de alumnos FP y de escuelas náutico-pesqueras no eligen el sector pesquero. Así como las experiencias de formación profesional dual no han dado los resultados que se esperaban.
Se necesitaría incorporar a profesionales de perfiles diversos: oficiales de puente, personal de máquinas, contramaestres o marineros. A corto plazo será complicado encontrar relevo porque carecen de tripulación cualificada. Según los últimos datos del Ministerio de Agricultura y Pesca hay unos 8.000 pesqueros con bandera española, pero a bordo solo se emplean unos 28.000 profesionales, 3.000 de ellos de otros países, según las cifras de la Seguridad social.
Gracias a los inmigrantes embarcados como marineros rasos, sobre todo en flota de altura y gran altura, se evita el amarre por falta de mano de obra. El Gobierno desde 2019 ha flexibilizado la contratación de tripulantes extranjeros, pero no se ha resuelto esta problemática para los pesqueros de caladero nacional, que no obtienen respuesta de los servicios públicos de empleo a la demanda de personal. La falta de mandos es más complicado, que para la marinería, por la convalidación de títulos y la ampliación de competencias.
Aunque las condiciones laborales han mejorado con los años: barcos seguros, más habitables y equipados tecnológicamente y un salario elevado, el trabajo en un medio duro y alejado de tierra, no resulta atractivo para la juventud española.